miércoles, 1 de mayo de 2024

Fantasías animadas del slot: Volkswagen Citi Golf Bimotor

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Esta historia empieza en la década de los 2000 en Sudáfrica, y el protagonista es Chris Van del Velde, aficionado a la mecánica y a la competición, y piloto, y entusiasta de los Volkswagen Citi Golf, versión local de la primera generación del modelo, que se continuó fabricando hasta bien entrado el siglo XXI.
Volkswagen Sirocco bimotor (1983)
Pues bien, su sueño era preparar un Citi Golf hasta el extremo, y competir con el en pruebas de montaña. Para ello disponía de un presupuesto bastante limitado, así que ni corto ni perezoso se planteó emular a los prototipos que VW desarrolló con la intención de competir con ellos en grupo B, comenzando en 1983 con el Sirocco Bimotor, o el Golf que compitió en la Pikes Peak de 1987 (no podemos olvidarnos de mencionar nuestro querido Ibiza Bimotor, claro).
Volkswagen Golf Bimotor (Pikes Peak 1987, DNF)
Ni corto ni perezoso, modificó un CitiGolf, aprovechando el bloque de 1.8, turboalimentándolo para superar los 250 CV, colocando un segundo motor idéntico detrás del conductor, para lo que tuvo que construir un subchasis trasero. Con esto obtuvo un coche con tracción integral, pero tuvo que enfrentarse al reto de sincronizar las 2 cajas de cambios y los embragues. Para sujetar el coche a la carretera, ensanchó las vías hasta el extremo, fabricando nuevas aletas y faldón en fibra. Refrigerar ambos motores también fue un reto, para lo que colocó radiadores en los laterales de las puertas traseras (por alguna extraña razón eligió una carrocería de 5 puertas) y abrió orificios de ventilación por todas partes.
El capó delantero permite ver una reproducción del motor
El coche debutó en el Knysna Simola Hillclimb de 2009, donde hizo las delicias de los asistentes con sus prestaciones salvajes y el tremendo ruido de sus dos escapes independientes (uno para cada motor), aunque un problema de sobrecalentamiento de uno de los motores obligó a Chris a abandonar.


Unos años más tarde, Chris se mudó a la ciudad alemana de Nuremberg, llevándose el Citi Golf con él, y participando en exhibiciones de coches clásicos y en pruebas de montaña de manera ocasional, decorado con la clásica librea naranja de la marca de licores Jägermeister.  



Este simpático cuento es una invención total, creado para justificar haber parido un coche de slot como el que véis en las imágenes, basándome en un juguete de los 80 que me regaló hace un tiempo mi amigo Ignacio Minibólidos, bastante bien realizado, a una escala aproximada de 1/30. Una carrocería de Golf primera generación con los pasos de rueda recortados, cristales azules al más puro estilo juguetero Hongkoniano, y un capó delantero que se había perdido en algún momento y había sido sustituido por un trozo de cartón pintado.
morro y motor originales y copia en vacuforme
Probando los trozos de metro en el Golf...

...Y el capó 3D
El coche en una fase inicial, después de imprimar en marrón (casi lo dejo así)
Me encantó el detalle de la reproducción del motor, que era pieza aparte y además incluía la calandra delantera, todo ello cromado. Así que lo usé para reproducir el segundo motor, que apenas se ve a través del cristal posterior (también hice un vacuforme de los cristales, recortando algunas partes para hacer entradas de aire).
El chasis es un 3D a medida, y permite montar tracción integral por poleas
Los ensanches y piezas de la carrocería son una mezcla infame de piezas impresas en 3D (capó, aletas delanteras) y otras de variados origenes, como las aletas traseras con entrada de aire procedentes de un Metro de Superslot o el faldón delantero del mismo origen.
Bandeja de pilotos mezcla de cartulina, una Betta (con piloto a la derecha, como buen coche de la Commonwealth) y un trozo de plástico de un envase de galletas.
Poco más me queda que contar, aparte de que me ha llevado una buena cantidad de horas de trabajo, y que en pista es muuy divertido, compensando el alto peso de la carrocería con su anchura y su gran distancia entre ejes, aunque me da que no le van a aceptar en ninguna competición (¿o sí?)
Aunque no os lo creáis, no soy muy fan del Jäger...

Detalle del interior mostrando el piloto ochentoso, la reproducción del motor y una barra antivuelco


Postdata: después de parir coche y artículo, me encontré que alguien había hecho algo similar con un Golf Mk.1, en Sudáfrica, con 5 puertas y algunas de las soluciones que imaginé yo para mi coche de slot...