domingo, 17 de enero de 2021

¡El coche de los Bonser!

 

Os presento el regalo de Navidad que preparé para mi familia política, una reproducción del Austin Maestro que tenían en los 80. Utilizando una borrosa imagen del coche al final de su vida útil, me dispuse a construir el cacharro, con la familia completa dentro.
 
Después de una ardua búsqueda por Ebay, encontré la víctima casi perfecta. Siendo un coche de gran tirada fabricado por Scalextric UK, me sorprende lo complicado que fue encontrar uno a un precio decente... El que conseguí no tenía alerón, retrovisores ni luces traseras, el alerón no me hacía falta pero el resto de piezas me tocó construirlas.

Pintando la carrocería de civil...

Las matrículas impresas en papel fotográfico, y varias pruebas de unos retrovisores que estuve perpetrando con la impresora 3D




Como tampoco tenía luces traseras, pues me tocó inventarme unas, impresas en plástico incoloro con la 3D. Luego me toco pintar intermitentes y luces de freno.


Esbozando la familia Bonser, utilicé unos muñecos chinos feísimos y con menos detalles que un Panda. Posteriormente los detallé un poco, aunque no se vean mucho desde fuera.



El coche casi terminado, a falta de perfilar alguna línea que quedó borrosa.

¡Y listo para enviar al Reino Unido!

lunes, 11 de enero de 2021

El Seat 850 Spider Juncosa que nunca corrió el Montecarlo



El preparador barcelonés Juncosa desarrolló un prototipo sobre la base del Seat 850 Spider a principios de los 70, con el que compitió sobre todo en pruebas de montaña (fue subcampeón de España en el 73) y algún rallye, como el 2000 Virajes. Con el ligero chasis del spider (reforzado) y un motor biárbol de hasta 1750 cm3 y 161 caballos, el coche era un auténtico pepino difícil de llevar en línea recta.

Manuel Juncosa junto al 850 en una prueba que publicó Autopista en Enero del 73

Pues bien, hace unos meses conseguí baratico en ebay un maltrecho kit en su caja original (o lo que quedaba de ella) en... ¡el Reino Unido! no traía calcas ni chasis, aunque me gustó mucho la calidad con que la carrocería había sido modelada por Toni Ruvira (había olvidado decir que era un kit de Evolution Slot, aproximadamente del año 2001). 

Siempre me había gustado el coche, sobre todo la unidad que Carlos Reboredo construyó (podéis verlo en este maravilloso artículo de la caja de los truenos).

Como tenía muchas ganas de montarlo, pocas de buscar las calcas, y nunca he sido un maniático de las decoraciones reales, pues me decidí a hacer mi propio Juncosa, una suerte de fantasía en la que un piloto francés compró el coche y compitió con él en el Montecarlo de unos años más tarde (y digo lo de un piloto francés porque tenía por ahí unas calcas de Decal-Station de un Alfa de un francés y me venían bien...).

Evolution Slot 2001-2018

Total que limpié bien la carrocería, quité alguna rebaba que tenía (pocas, los coches de Evolution Slot tienen muy buena calidad), y empecé a pensar en qué chasis le iba a poner. El coche estaba pensado para llevar el del 600 Abarth de Reprotec, del cual no disponía, así que encendí el ordenador y adapté un chasis 3D usando como base el que Ángel Alcañiz diseñó para el Seat 600 TC  y que tiene una batalla similar, adelantando bastante la guía pues el morro del coche es bastante más largo que el del pelotilla. Los soportes originales de la carrocería no me valían, así que los corté y puse unos también impresos en 3D.
Chasis del 850 spider
Para las llantas utilicé unas que creo que deben ser de las que venden en alguna tienda británica para los coches antiguos de Scalextric UK con ruedas canijas (Mini, Metro y compañía), utilizando unos tapacubos de resina también de Evolution. Las gomas me las regaló Sam Chuecos, y tienen un agarre bastante bueno (espero que duren más que las inglesas, que se suelen rajar o convertir en piedra).

El chasis con la carrocería ya montada y las ruedas, que le vienen al pelo

Una vez terminada la parte mecánica del proceso, que es la que más disfruto, me tocaba pintar y decorar, y claro, ahí ya tardé más... Elegí un amarillo para distinguir el coche de los naranjas-rojos que la gente montó con el kit en general, y, todo hay que decirlo, porque andaba pintando unos cuantos coches más del mismo color. Le coloqué como me pareció las calcas, barniz, dejar secar unos días, y a liarme con los detalles. Paragolpes y ópticas para empezar...


Y la parte que más temía, el interior y los cristales. El kit venía con dos bandejas, una de resina y otra menos detallada de vacuforme, que es la que utilicé (algo de peso se ahorra, y con un habitáculo tan canijo apenas se ve). los cristales en un principio me parecían complicados, hay que cortar cada uno de ellos y pegarlo por separado, pero la verdad es que encajaban muy bien, y con cuidadín y siguiendo los consejos de Dani del Toro, conseguí montarlos sin dejar pegotes de pegamento o marcas de dedos.


Algún detallín dejé para el final, como las matrículas impresas en papel fotográfico o los limpiaparabrisas hechos con grapas. ¡Entonces llegó la gran nevada y el col de Turini se montó solito en mi patio!